La Carretera había permanecido al margen escuchando al Viento y al Sol hablar con el tándem. Finalmente rompió su silencio y les dijo: “amigos míos, durante todo este tiempo habéis exagerado vuestra influencia en el viaje del tándem, y os olvidáis de que soy yo quien lo ha traído de vuelta a casa”. El Viento y el Sol estallaron en risas al unísono al ver el aire enojado de la Carretera, pero se detuvieron al instante y a continuación se miraron el uno al otro extrañados. El Viento resopló y se apresuró a decir: “con mi empuje muevo los objetos a mi antojo; yo puedo proporcionarles velocidad o frenarlos, sin mi buenaventura no habrían llegado jamás”. El Sol replicó enardecido: “es mi energía la que dota de voluntad y coraje a las causas, y ha sido mi generosidad la que les ha dado la fuerza para llegar”. Ahora fue la Carretera la que rió sinuosamente: “¿de qué sirven todas esas cosas si no conoces el camino correcto?, soy yo quien guía a los hombres hacia su destino”.Viendo que Sol, Viento y Carretera estaban a punto de discutir, el tándem pidió permiso para intervenir, y les dijo: “de nada sirve asumir un protagonismo excesivo si los demás no se sienten a gusto tu lado. El reconocimiento y la victoria son sensaciones que saben mejor cuando se comparten con alguien. Esta es la esencia del trabajo en equipo, y ese ha sido el espíritu de mi viaje. Es bueno que lo recordemos y se lo contemos a quien sea que decida iniciar el viaje hacia su ilusión”. Y todos guardaron silencio.
13 agosto 2010
127 kilómetros. 8 horas y 9 minutos
JL:
Ayer no pudimos cumplir nuestro plan de partir la ascensión del Col d´Ares en dos días por culpa de una tormenta de verano que hizo recomendable buscar refugio antes de la hora prevista. Nos debatíamos entre continuar bajo la lluvia o parar. La sensación de estar empezando a coger frío nos convenció de lo segundo. Llegamos al hotel calados, una vez más. Esta mañana los zapatos seguían mojados. Desagradable sensación ponerte ropa mojada.
Por tanto hoy enfrentábamos un desnivel muy serio: ascender desde los 250 metros de Amelie les Bains hasta los 1.513 metros del Col de Ares. 35 kilómetros y 3 horas y 54 minutos cuesta arriba para coronar envueltos en niebla y cruzar la frontera a España. Pendientes superiores al 10% y un asfalto en malas condiciones eran las credenciales de este puerto. Esta ha sido la mayor dificultad del día, pero también su principal atractivo, pues el paisaje y los pueblecitos de montaña siempre merecen la pena. La ascensión ha sido muy dura (mirad el video) y una vez más lo hemos conseguido con la cabeza más que con las piernas.
En uno de estos pueblos, Prats de Molló, hemos almorzado un bocadillo de jamón con tomate del tamaño del porta aeronaves Príncipe de Asturias. Luego hemos comprado fruta en el mercadillo ambulante antes de continuar.
Descenso vertiginoso y frío. Comida en Camprodón y pasando por Ripoll y San Joan de les Abadesses, hasta llegar a Vic. Todas estas poblaciones son dignas de incluirse en la agenda de lugares a visitar.
Por cierto después de atravesar 6 países creo que puedo contar que las carreteras españolas están entre las mejores de Europa. El estado del firme, el tamaño de los arcenes y la claridad y abundancia de la señalización superan con creces lo visto en el extranjero. Lástima que la actitud de nuestros conductores no esté a su misma altura. En esto tenemos mucho que aprender todavía.
Más kilómetros solidarios al saco. Ya queda menos!!!!
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Vaya vaya con la niebla! Si es que casi ni se lee el rótulo de Coll d'Ares! Fue ese en el que te rompiste el escafoides, JL?
Con lo que me quedo sin palabras es con la subida que se ve en el vídeo. Es que Paco se queda calvao! O le dais fuerte, o os dice: "Serà precís??? Puja tu, reiiii! Que yo me quedo con la rubia esta que hay junto a la carretera! Un poco peluda, pero rubia, al fin y al cabo!!"
Hola chicos, queda nada, ya os vemos desde casa, feliz regreso. Es una bonita historia, es una pena que se acaben. O no?
Baos