28 julio 2010
IVAN: Hoy nos hemos levantado en Berlín con la tranquilidad que te da no tener prisa en hacer el equipaje, ni tener que mirar por debajo de la cama para ver si te dejas algo puesto que te vas de ese lugar para no volver. Hoy nos hemos levantado sabiendo que no nos tocaba rodar. Relaaaax a primera hora de la mañana, jejejejeje. La cuestión es que nos hemos acercado a una de las múltiples tiendas de bicicletas que Berlín tiene, para que le dieran una revisión a Paco, lo típico, revisar radios, cambiar las zapatas de freno e incluso revisar el liquido, y demás. La intención es que nos la devuelvan a primera hora de la mañana de mañana para poder seguir con nuestro peculiar viaje.
De Berlin deciros que los enormes y majestuosos monumentos, que denotan un pasado grandioso, se fusionan perfectamente con sus gentes, que a simple vista parecen menos serias y estrictas de lo que nos han hecho creer siempre los tópicos alemanes. De hecho la juventud, solo por su forma de vestir o su forma de moverse por la ciudad (casi todos en destartaladas pero funcionales bicis ;) ), parecen menos de acuerdo con aquellas autoritarias formas que el resto de la sociedad europea, si cabe. Es cierto que en esto estoy generalizando, y que no conozco ciudades como Amsterdam, Oslo, o Helsinki, pero seguro que la viveza de “colores” que en ellas podremos ver, son más o menos, como la que se pueden ver aquí.
La cuestión es que estando en esta enorme ciudad, con el bullicio de la gente y con el trasiego que estos generan; pensad que venimos del medio del bosque, de la soledad, me ha venido a la mente un pensamiento que el otro día desde el barco y admirando la inmensidad del mar surgió solo, puesto que navegar por el oscuro y basto mar, descansando en un cálido camarote mientras fuera llueve y hace mal tiempo es un ejemplo claro del domino que la raza humana ejerce sobre el planeta. Ni el animal más fiero de la selva africana, ni el más grande del abismo oceánico, nos hace sombra. De hecho este domino ha permitido que la densidad de población mundial se haya duplicado en los últimos 50 años, una población que sobrevive y funciona gracias al consumo global de las materias primas que la naturaleza nos da. Si tenemos en cuenta estos 2 conceptos. Duplicación en 50 años de la población humana (que son 50 años para la historia de este planeta??) y definición de la palabra consumo (la primera acepción de la R.A.E. de esta palabra es: Destruir, extinguir), nos da a entender que este desarrollo que tanto nos anuncian desde los canales públicos de televisión, tiene de todo menos de sostenible. Simplemente porque es imposible mantener una población que se duplica cada 50 años, por mucho que nos racionemos. Tarde o temprano no habrá pastel que racionar.
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Ay!!! Iván!!! tú y tus teorías.... En fin, ya era hora de que descansarais un poquito, me alegro, seguro que vtras piernas os lo agradecerán..jejeje. Eso si, mañana en marcha otra vez que luego vendrán las excusas de no llegar el día previsto y yo me he hecho a la idea... sabes que cdo me programo, me programo...jajajaj
Pasadlo bien, disfrutad mucho y reponer fuerzas al máximo, aún os queda la recta final. Besos
Uno de los problemas es que seguimos invirtiendo sectores que sabemos no son sostenibles, y promovemos que produzcan hasta hartarse (porque dan trabajo, y frenan el aumento de las cifras del paro). Producimos con gula. Generamos demasiados residuos y reutilizamos pocos. Preferimos echarlos al mar y que se formen montañas de vertederos en medio de los oceanos, fuera de nuestra vista, para que no estropeen nuestro paisaje urbano.
Os recomiendo este documental con buenas imágenes emitido en YouTube, en alta definición. Lo más interesante es que recorre la historia de nuestro planeta. A lo mejor es un poco catastrofista, pero merece la pena verlo:
http://www.youtube.com/user/homeprojectES#p/a/u/1/SWRHxh6XepM